Esposición inaugurada en el Centro de Arte Tomás Tomás y Valiente (CEARTV), Madrid.
Me he propuesto ser sincera
ante tan respetable audiencia,
En este lugar me desnudo
mi vanidad no tiene fronteras.
Envidio de algunos su riqueza
y de otros su voluntad,
yo, cada dia quiero más
y me da pereza trabajar.
Dulces, carnes y licores
degusto sin descanso
Mientras como ando pensando
qué tendré para cenar.
Me erotizan los cuerpos bellos
¡quisiera enredarme con ellos!
Entre vuelta y vuelta me lío
y con este juego practico.
Siento rabia por dentro
porque alguna vez me dijeron
que tanto placer no es bueno
y pecar es mi deseo!
Soy culpable de todo esto,
de esto, y de mucho más.
Soy culpable de sentir.
Culpable soy, de mi humanidad.
Soberbia
Todopoderoso el que mira,
destruccion lo que predica.
Camino excesivo de si mismo,
peregrinaje de un alma perpetua.
Mundo ilusorio que gobiernan sus entranas,
no sacian, no engordan, famelicas...
Hambruna voraz.
Una condena, un deseo,
el placer infinito de lo bello,
de lo que nada es eterno.
Envidia
Tranquila, sentada, desnuda,
es la Pereza de los que esperan.
Esperar, esperar a que? a nada.
Sin pensar, sin sentir, aburrido de vivir,
una vida destrozada de color gris.
A morir empieza,
el tren sin parada de lejos se acerca.
Olores rancios, edores nauseabundos,
la putrefaccion comienza.
Comienza, comienza, comienza, ...
Codicia
Codicia que invades corazones ...
Codicia que no sacias ...
Te deseo, te deseo, te anhelo, me quemas con furia.
Corazones destruidos por la codicia,
sedientos por tu hambre de la riqueza,
perros salvajes corriendo por tu ansia de consumismo.
Profundo, escondido, latente,
esperando la nueva llamada del instinto alterado de nuestras mentes.
Gula
Lujuria
Ira
Pereza
Tranquila, sentada, desnuda,
es la Pereza de los que esperan.
Esperar, esperar a que? a nada.
Sin pensar, sin sentir, aburrido de vivir,
una vida destrozada de color gris.
A morir empieza,
el tren sin parada de lejos se acerca.
Olores rancios, edores nauseabundos,
la putrefaccion comienza.
Comienza, comienza, comienza, ...
En la inauguración contamos con la colaboración de la compañía de teatro La Escalera de Caracol realizando una performance representando los Siete Pekados Capitales.
En este lugar me desnudo
mi vanidad no tiene fronteras.
Envidio de algunos su riqueza
y de otros su voluntad,
yo, cada dia quiero más
y me da pereza trabajar.
Dulces, carnes y licores
degusto sin descanso
Mientras como ando pensando
qué tendré para cenar.
Me erotizan los cuerpos bellos
¡quisiera enredarme con ellos!
Entre vuelta y vuelta me lío
y con este juego practico.
Siento rabia por dentro
porque alguna vez me dijeron
que tanto placer no es bueno
y pecar es mi deseo!
Soy culpable de todo esto,
de esto, y de mucho más.
Soy culpable de sentir.
Culpable soy, de mi humanidad.
Soberbia
Todopoderoso el que mira,
destruccion lo que predica.
Camino excesivo de si mismo,
peregrinaje de un alma perpetua.
Mundo ilusorio que gobiernan sus entranas,
no sacian, no engordan, famelicas...
Hambruna voraz.
Una condena, un deseo,
el placer infinito de lo bello,
de lo que nada es eterno.
Envidia
Tranquila, sentada, desnuda,
es la Pereza de los que esperan.
Esperar, esperar a que? a nada.
Sin pensar, sin sentir, aburrido de vivir,
una vida destrozada de color gris.
A morir empieza,
el tren sin parada de lejos se acerca.
Olores rancios, edores nauseabundos,
la putrefaccion comienza.
Comienza, comienza, comienza, ...
Codicia
Codicia que invades corazones ...
Codicia que no sacias ...
Te deseo, te deseo, te anhelo, me quemas con furia.
Corazones destruidos por la codicia,
sedientos por tu hambre de la riqueza,
perros salvajes corriendo por tu ansia de consumismo.
Profundo, escondido, latente,
esperando la nueva llamada del instinto alterado de nuestras mentes.
Gula
Seducidas por suculentos manjares las vigorosas serpientes, que anidan en el interior, se alzan como poderosas dagas devorando la estela que deja la razón, al partir.
Pobre voluntad doblegada, ante el voraz deseo de engullir, pobre cordura amordazada con fuerza y sin piedad, dejáis paso a una desbordaba locura, cegada por seductores y embaucadores olores y sabores.
Una inmensa agonía se incrusta en la profundidad del ser, suplicando, apartar vista y olfato de todo lo que las ansiadas bocas desean.
Hambrientos paladares se colman de placeres como si de insaciables almas hedonistas se trataran.
Las deformadas siluetas se difuminan en la inmensidad de la carne imperando soberbia ante la voluntad y la belleza.
Pobre voluntad doblegada, ante el voraz deseo de engullir, pobre cordura amordazada con fuerza y sin piedad, dejáis paso a una desbordaba locura, cegada por seductores y embaucadores olores y sabores.
Una inmensa agonía se incrusta en la profundidad del ser, suplicando, apartar vista y olfato de todo lo que las ansiadas bocas desean.
Hambrientos paladares se colman de placeres como si de insaciables almas hedonistas se trataran.
Las deformadas siluetas se difuminan en la inmensidad de la carne imperando soberbia ante la voluntad y la belleza.
Lujuria
La castidad se rinde ante los ardientes cuerpos entrelazados, que empapados en sudor, se embriagan de sexo.
Rasgado el velo de la decencia, el lúbrico beso se derrama sobre la piel, sumiéndola en la perdición, haciéndola cautiva de libidinosas caricias, de insaciables embestidas, que se reiteran con obsesión.
La locura susurra al deseo que la penetre con ímpetu, a la vez que se suceden gritos de placer, no hay temor, solo pasión desmedida.
Las manos aprietan la carne, las bocas lamen los senos, lascivas miradas se despiertan y suplican alcanzar el éxtasis en la profundidad del orgasmo.
Rasgado el velo de la decencia, el lúbrico beso se derrama sobre la piel, sumiéndola en la perdición, haciéndola cautiva de libidinosas caricias, de insaciables embestidas, que se reiteran con obsesión.
La locura susurra al deseo que la penetre con ímpetu, a la vez que se suceden gritos de placer, no hay temor, solo pasión desmedida.
Las manos aprietan la carne, las bocas lamen los senos, lascivas miradas se despiertan y suplican alcanzar el éxtasis en la profundidad del orgasmo.
Ira
Indeseable frialdad, encallada en la tristeza, se entrelaza con furia y a través de la sin razón transcurren por un inmenso vacío que penetra en la cordura, convirtiendo todo atisbo de calma en quebranto.
De manos ensangrentadas cuelgan las riendas incapaces de sujetar pasiones desbocadas que se alzan en enojo.
Tempestades provocadas en lo más profundo del ser, arrancan el sosiego, desgarran el pecho y dejan salir los gritos encadenados que desde el interior vienen abrumando la quietud.
Repentina sensación de vacío siente el corazón que, apiadado, vierte erupciones de rabia que brotan a fuego inicuo, quemando todo ápice de equilibrio.
El dolor deja paso a la indignación y sin súplica golpea con fuerza la vulnerable serenidad del alma.
De manos ensangrentadas cuelgan las riendas incapaces de sujetar pasiones desbocadas que se alzan en enojo.
Tempestades provocadas en lo más profundo del ser, arrancan el sosiego, desgarran el pecho y dejan salir los gritos encadenados que desde el interior vienen abrumando la quietud.
Repentina sensación de vacío siente el corazón que, apiadado, vierte erupciones de rabia que brotan a fuego inicuo, quemando todo ápice de equilibrio.
El dolor deja paso a la indignación y sin súplica golpea con fuerza la vulnerable serenidad del alma.
Pereza
Tranquila, sentada, desnuda,
es la Pereza de los que esperan.
Esperar, esperar a que? a nada.
Sin pensar, sin sentir, aburrido de vivir,
una vida destrozada de color gris.
A morir empieza,
el tren sin parada de lejos se acerca.
Olores rancios, edores nauseabundos,
la putrefaccion comienza.
Comienza, comienza, comienza, ...
En la inauguración contamos con la colaboración de la compañía de teatro La Escalera de Caracol realizando una performance representando los Siete Pekados Capitales.
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